Artículo de Rosa María Laguna Ruz (Asociación Filosopar, Sevilla) Nicolás Aranda Pérez (Greenartech S.L., Córdoba) incluido en la Encyclopedia of the UN Sustainable Development Goals

Según el Banco Mundial (2016), la agricultura es crucial y representó un tercio del PIB mundial en 2014 e indica que el 65% de los adultos que trabajan se gana la vida mediante esta actividad económica. Por lo tanto, será vital la descarbonización de este campo así como la mejora del nivel de vida de esta población.

Así se desprende del artículo publicado en  la Encyclopedia of the UN Sustainable Development Goals y  que expone la instalación fotovoltaica en una bodega de producción ecológica (Bodegas Robles) como caso de estudio para fomentar el desarrollo rural en países en vías de desarrollo, así como un proyecto de instalación en un centro médico en un país en vías de desarrollo, y se concluye que las instalaciones fotovoltaicas son una herramienta más para hacer uso y conseguir el desarrollo sostenible.

La bodega representa una de las muchas actividades agrícolas que participan en muchos países en desarrollo. Un alto porcentaje de este uso de la tierra se destina a actividades agrícolas, principalmente hortalizas, frutas, cereales, aceitunas y viñas, entre otras. Según el Research Institute of Organic Agriculture (Willer et al. 2020), de los 2,4 millones de productores ecológicos, más de tres cuartas partes se encuentran en países en desarrollo.

La bodega Robles genera alrededor del 83% de su propia energía gracias a una instalación fotovoltaica en el tejado, en funcionamiento desde diciembre de 2018 (Equipo Técnico de Bodegas Robles 2020). Consiste en un inversor trifásico de 20 kW y paneles de 64320Wp. Estos están inclinados 30 grados hacia el sur.

El vino se almacena en enormes tanques de cerámica o metal que pueden contener hasta 5-10 kilolitros. Esto es necesario para el proceso de fermentación, durante el cual el zumo de uva se convierte naturalmente en vino.

Hay una singularidad dentro de las instalaciones de las bodegas de vino, y es que un porcentaje relevante del consumo anual de energía se concentra entre agosto y septiembre debido a la temporada de cosecha. Es durante estos meses cuando se recogen las uvas y se elabora el vino. Gracias a la naturaleza de las instalaciones fotovoltaicas y al hecho de que la abundancia de irradiación y la escasez de calor son factores poderosos para aumentar la generación, estos dos meses son los de mayor generación.

Fuera de la temporada de cosecha, la electricidad no utilizada se distribuye a la red, lo que contribuye a aumentar el porcentaje de energías renovables dentro de la oferta energética.

Según su estudio de la huella de carbono, esta bodega está ahorrando 14 toneladas de CO2 al año gracias a esta instalación (Equipo Técnico de Bodegas Robles 2020). Este podría ser el primer paso de la transición a los recursos renovables dentro de este sector agrícola. Fue la primera bodega de la región que instaló un sistema fotovoltaico en el tejado; hoy en día, otras empresas de este sector están aplicando esta idea. 

Fuente www.bodagasrobles.es